sábado, 16 de marzo de 2013

Las películas de la vida


Diario de Pontevedra. 09/03/2013 - J.A. Xesteira
Como la cartelera de los cines de verdad (los pocos que quedan en pie y que, por lo visto, tienen el futuro más negro que el periodismo de papel) no da mucho de sí (en realidad se repiten entre películas oscarizadas y películas nominadas) rebusqué en las viejas películas en deuvedé (pirateadas o no) para ver que podía ver, pero como era uno de esos días en que uno no está para nada, acabé por dejarme estar, estupefacto, delante de la pantalla. Y ahí, ante un informativo cualquiera, atravesé por un trance que solo puedo achacar a una deformación visual originada por haber visto tanto cine a lo largo de mi vida. El informativo se convertía en una especie de trailers de viejo cine, de antiguos géneros, todo se parecía enormemente a los dejá vù que algún día vimos en la pantalla, en aquellos antiguos ritos de los que teníamos fe en la Metro Goldwyn Mayer y nuestro santo patrono era Sam Peckinpah. La realidad no es más que una versión de cosas vistas, un «remake» como gustan de decir los que no tienen más vocabulario que el que aprenden en los folletos de instrucciones. De Ken Loach a Einsenstein.- En el mes de febrero el paro superó los cinco millones de personas en España. Se dice pronto y no se piensa. Repetimos en cámara lenta y desde otro ángulo (sin música): el paro superó en el mes de febrero los cinco millones (5.000.000) de personas. Si fueran euros de una primitiva, era una pasta, como son obreros, es una desgracia. Los audaces reporteros del informativo no se mataron mucho para elaborar la noticia, se limitaron a ir a una oficina del paro (también conocidas como oficinas de colocación del Instituto Nacional de Empleo, no se sabe bien por qué) y preguntar a las víctimas del resultado estadístico. Esos segundos en los que hombres y mujeres decían con resignación que se les acababa la prestación y no sabían que hacer de su vida (¿que puede hacer de su vida un obrero de cincuenta y tantos años que lleva un par de ellos en paro y que no suene a demagogia?) tenían un aire de película de Ken Loach, seguramente porque todos los obreros despedidos del mundo usan la misma cazadora y comparten la misma resignación. A continuación, para completar la información, los dóciles informadores dieron paso a unos seres encorbatados que explicaron que, dentro de lo malo, la cifra es menor que en febrero del año pasado, lo cual quiere decir (según explicó el de la corbata) que la caída se contiene. Cualquiera con un mínimo sentido común y sin corbata, deduce que no es que se contenga y se frene, sino que cada año quedan menos personas a las que despedir, y por tanto no se pueden mandar a la cola del INEM a tantos obreros como quisieran muchos empresarios. Deducimos, eso sí, que los tipos de la corbata, o bien mienten a sabiendas, o, lo que es peor, no tienen ni idea de lo que se traen entre manos (existe la posibilidad de que ambas cosas se les acumulen de la corbata para arriba). Ahí, por un instante, se me ocurrió que a ese trailer de Ken Loach deberían añadir los periodistas informadores (caso de que tuvieran imaginación) un trailer al estilo Einsenstein, con planos en contrapicado y con otros obreros invadiendo las calles para mostrar algo más que la mansedumbre que permite a los seres con corbata decir lo que dicen y no saber que hacer con sus propias mentiras. Hombres biónicos.- El siguiente tráiler era de ciencia ficción. En una clínica privada operaron al rey público que rige en España. De una hernia discal, al parecer. La voz del narrador informativo explica que le colocaron unos tornillos (no explicó el material utilizado, pero siempre que a alguien le ponen una prótesis artificial me viene a la cabeza en material Japanium Z, que era el que usaba Mazinger). Juan Carlos lleva camino de ser el primer rey biónico de la historia; tienen dentro más tornillos que robocop y su paso por los detectores de metal debe sonar como una verbena. A la mañana siguiente fue a visitarlo su familia, y dijeron que se encontraba bien, que iba a comenzar a caminar. Asombroso; te operan en la columna y al día siguiente ya te paseas por el cuarto, cuando antes apenas andaba con la muleta de manera torpe y lenta. Pero era ésta una película de ciencia ficción. El presidente del Gobierno también lo visitó, y a la salida dijo que había despachado con el monarca y habían hablado de política internacional, de economía y de Europa. Más asombroso. A la mañana siguiente de una operación de envergadura, no sólo se pasea por la habitación sino que ya está tan despejado de la anestesia que es capaz de hablar de política internacional y del paro con Smith el Silencioso. Ciencia ficción, sólo explicable porque fue operado en la clínica La Milagrosa. Fumanchú, el Dr. No y el FMI.- Los organismos internacionales (lo que llamamos Bruselas, el FMI o la troika) son conceptos que cada vez se parecen más a los poderes ocultos de las viejas películas, a Espectra, Fumanchú o las docenas de malvados que pretendían ser los dueños del mundo. En el informativo de antes surge la noticia: la troika dice que España cumple, pero... Y esos puntos suspensivos son como la amenaza del malo que aterroriza a los gobiernos del mundo. Los puntos suspensivos se traducen en una subida del IVA, retrasar la jubilación (¿existe alguien que llegue a la jubilación normal en su puesto de trabajo?) y subida de los carburantes. Los señores de negro son como la amenaza fantasma. Y todo es como una cadena de cartas siniestra, que no se puede romper: Grecia no siguió la cadena y miren como están. Ya saben lo que va a pasar, subirán el IVA, subirá la gasolina y los parados tendrán derecho a la jubilación más tarde. No se extrañen, eso es el Capitalismo impuro y muy duro. ¿O que pensaban que era esta película? Creo que volverá Einsenstein.

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