domingo, 13 de julio de 2014

La vida es un viejo tebeo

Diario de Pontevedra. 12/07/2014 - J.A. Xesteira
Cómic de política-ficción en blanco y negro, estilo vintage: trazo fuerte, tinta china y pincel de pelo de marta.- Después de la posguerra mundial europea y la guerra fría de los espías, llega la modernidadd sesentera y las fuerzas del mal preparan una larga crisis económica; su fin es adueñarse del mundo y el sistema es más sutil que mandar ejércitos a destrozar civiles, con los resultados destructivos ya conocidos. En un lugar indeterminado, posiblemente en un castillo de los Cárpatos, se reúnen los grandes villanos: el Doctor No, Svintus (el malo de Roberto Alcázar y Pedrín) Fu-Man-Chu, el Doctor Caligari, Moriarti, Lex Luthor y el Joker (los malos ausentes mandaron nota de justificación y el dibujo era de Will Eisner) Preparaban un nuevo reparto mundial, con base en Europa, desde donde controlarían la economía. América la dividirían en dos partes: los USA y el sur de Río Grande; al norte, el Imperio, al sur, los bananeros reconvertidos en productores de café y cocaína (¿el beneficio del narcotráfico también cuenta para el PIB?). África y Oriente Medio sería el terreno de juego para dar salida a los excedentes de armamento y poder explotar sin problemas las minas de cotán y petróleo, todas en manos de dictadores amigos (ejemplo, Guineaex-española) Asia sería la mano de obra esclava y los chinos, los futuros grandes consumidores. Los malvados, a la hora de ocuparse de Europa hicieron un reparto (plano picado, dibujo de Milton Caniff en contraluces) decidieron salvar primero a uno o dos países como cajas fuertes; los dos bancos que acogerían los beneficios del mal: el dinero del robo, el crimen, la droga, la prostitución, las corrupciones políticas y todo lo que no tuviera cabida en los bancos normales, a los que se controlaría desde otras entelequias como FMI y BCE y con las bandas del hampa conocidas como sociedades de inversión, auditorías o fondos buitre. Los villanos, tras una intervención del Dr. No (una viñeta de Guido Crepax) decidieron que esos dos países se llamarían “paraísos” y se les adjudicaría a Suiza y Luxemburgo, dos territorios pequeños, improductivos, de aceras limpias y alicatados hasta el techo de miles de millones de euros (paisaje acuarelado de Hugo Pratt). En el reparto siguiente asignaron a Italia el papel de caos necesario por donde entra y sale la mercancía del contrabando; su larga trayectoria de sociedades honorables que mezclan políticos con mafiosos, la avalaban. El Reino Unido sería lo que siempre fue, un reino insular con sus tradiciones y la eterna oposición a todo lo que venga del continente. Alemania sería la referencia de buen gobierno, aunque no fueran más unos cutres ahorradores con ganas de sol. Francia sería el contrapunto de los alemanes, con los que siempre se llevaron bien, incluso durante la invasión hitleriana. Otros países de menor cuantía quedarían un poco a monte, a expensas de los vaivenes del anticiclón de las Azores y de subvenciones variadas que tendrían que devolver eternamente al BCE el dinero público que sanearía los bancos privados, propiedad de nombres conocidos. Quedaba España (aquí un gran plano de Carlos Giménez, uno, grande y libre), ¿Cual era el plan para España? Se abría una incógnita en la que Lex Luthor planteó la evidente tendencia hispana a producir personal del sector hostelería: España es un país de vacaciones y sol, y solo necesita una reconversión a fondo para transformar a los parados en camareros y las fábricas en chiringuitos de playa; los apartamentos sobran después de los grandes pelotazos urbanísticos y la venta de llas viviendas públicas a sociedades buitre, que los pueden alquilar a los turistas. Pero aquí intervino Moriarti (un plano general a toda la página de Sergio Toppi, en contrapicado, plano enfático) y sugirió un plan mucho más ambicioso, a la par que sutil. España sería la reserva de ingenieros, médicos, científicos, licenciados en cualquier cosa, para poder exportar al resto de Europa, que así se ahorrarían el gasto de formar el personal necesario. Comenzarían a construir universidades por todas partes, en cantidades nunca vistas, se daría acceso fácil a todos los que quisieran estudiar y se comenzaría con una campaña subliminal en la que se crearía la necesidad de que todos aprendieran inglés y se potenciaran las carreras técnicas y científicas como las de “más salida”, en detrimento de las humanísticas. (Aquí, una enorme viñeta a todo color de Moebius, en la que se ven las universidades futuristas y el garaje hermético). El plan fue aprobado y, como es de rigor, fue firmado con sangre, no de los malvados, sino de una víctima propiciatoria sacrificada por Fu-Man-Chu. (Dibujo de Bernet) 
La realidad supera a los tebeos.- El plan de los villanos se cumplió. Varias generaciones de españoles entraron en las universidades que surgieron al lado de sus casas y salieron de ellas con títulos de licenciados y doctorados variados. Gente bien formada, con conocimientos de idiomas, con máster, con erasmus, con prácticas en el extranjero, con ganas de triunfar en sus profesiones que le habían prometido que tenían “salida”. Y la realidad, prevista por los malvados de los Cárpatos, era que el país no tenía tantas plazas como licenciados había, que tendrían que emigrar y buscarse la vida en la Europa que tenía carencias de titulados. Y salieron por ahí los nuevos emigrantes, como hace años salieron sus padres o abuelos, con una diferencia: la maleta no era de cartón, sino de las medidas estándar de Ryanair, y dentro no llevaban una muda, sino el título de ingeniero o médico. Era la única diferencia, el sueldo era el mismo: una porquería. Los que se quedaron hicieron lo que pudieron y así tenemos a 70.000 titulados ocupando trabajos que no precisan formación; el que le trae la pizza puede ser un licenciado en Física, y la que le cobra en el súper puede ser una doctora en Biología. Los malvados lo tenían previsto: produciremos gente especializada pero haremos que las empresas españolas las dirijan los que las dirigen. (Aquí va una viñeta de El Roto en el que los malos brindan con vino de la Marca España). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario