sábado, 7 de mayo de 2016

La estrategia de la comadreja

J.A.Xesteira
Muchas veces, las noticias más interesantes, las más importantes, vienen en la periferia de los periódicos, en las tangentes de la masa informativa, que suele ser una corriente principal, estándar, donde la política es lo básico, lo que manda la actualidad, y después, una guerra en cualquier país, siempre una guerra, colocada entre la política y los partidos de fútbol. La política o, mejor dicho, el exceso de política dentro de la corriente principal de información, no es lo importante, lo verdaderamente importante sucede metido de manera solapada para que nadie se entere. La gente anda a sus cosas, se ríe unas veces, otras llora y siempre se cabrea con la política, que suele contemplar en los grandes titulares informativos. De nuevo en campaña, los políticos vuelven a ocupar las primeras páginas, como reestrenos de películas ya vistas, y volverán a aburrirnos de nuevo, a no ser que surjan francotiradores con fuego amigo para revolver un poco más el potaje de cada partido. La “maverick” Esperanza Aguirre (lo de “maverick”, una palabra americana que significa disidente y res no marcada, es cosa de ella, que se definió a sí misma de esa manera) ya ha saltado contra Rajoy y pide que el PP deje de ser “socialdemócrata”, lo cual me ha sorprendido en mi ignorancia, porque pensaba que era otra cosa. De aquí al verano creo que vamos a tener más pifostios internos que nos alegrarán la campaña.
Pero descartadas las grandes novedades de los pequeños politiqueos, hay un par de noticias que pasaron por las páginas sin pena ni gloria. Una es mucho más importante quizás que las elecciones, porque supondrá la hipoteca de la economía de Europa –y de España por consecuencia directa– de los USA. Me refiero al tratado de libre comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea, también conocido como el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones), que se está negociando en secreto en Bruselas y que nadie quiere explicar, aunque las filtraciones son para echarse a temblar. Teoricamente, el tratado es uno más para hacer negocios entre países o entre supranaciones; en la práctica es un paso más adelante de la globalización capitalista, que otorgará a los Estados Unidos un mayor control sobre las políticas europeas y a las grandes corporaciones la posibilidad de gobernar de hecho en los países, por encima de los gobiernos y los partidos políticos (aunque sean “socialdemócratas” como el PP). Mediante este tratado serán las grandes corportaciones las que decidan las leyes de cada país, y no se podrá legislar si una ley va contra lo firmado en el TTIP. Así de claro.
La experiencia nos dice que los tratados de libre comercio entre EEUU y cualquier otro país suele acabar con el dominio económico yanqui sobre los países firmantes; no hay más que ver el tratado de libre comercio firmado hace años con México, que provocó la ruína para la agricultura azteca y la emigración mexicana al país del norte, a mayor gloria de las grandes empresas, que no de los países. Y eso que aquel tratado era sólo de acuerdos comerciales, de aranceles, supresión de aduanas y unos cuantos buenos deseos más, bajo la supervisión del dólar como moneda imperante. Pero sin afectar a las leyes de cada país. Del TTIP, pese al secretismo con que se lleva, se sabe que todas las grandes multinacionales están en contacto con los negociadores; ellas, las corporaciones, sí que saben todo lo que a los ciudadanos se nos oculta, y son ellas las que les dicen a los negociadores lo que tienen que pactar.
Una mujer que no suele salir en los periódicos para decir tonterías, Susan George, filósofa y politóloga de prestigio, presidenta de ATTAC Francia, advierte del peligro, sobre todo en dos aspectos: el del interés de las grandes corporaciones por hacerse con la sanidad de cada país, sustituyendo la sanidad pública por sanidad privada, toda en manos de las grandes mutinacionales, y tomar el control del medio ambiente y las leyes laborales. Otro de los aspectos que apunta es la inmediata pérdida de poder de los municipios y, sobre todo, de la agricultura rural, que pasará a manos de las grandes multinacionales que sustituirán a los pequeños agricultores por empleados (según las condiciones que tendrán que aceptar) de grandes empresas que plantarán en España lo que se les ocurra (tomemos el ejemplo mundial de la soja, un hierbajo que no sirve para nada más que para enriquecer a grandes corporaciones; como alimento es una porquería que la publicidad vende como beneficiosa; no lo crean, no es más que un hierbajo tercermundista que deforestó medio Brasil y gran parte de Argentina). Juzguen ustedes mismos lo que se nos puede venir encima, pero en Francia Hollande ya ha advertido que no firmará el tratado, mientras que en España, como todo está en expectativas de destino, no se sabe lo que pasará.
La otra noticia, aparentemente más simpática e intrascendente nos cuenta que una comadreja, la gallega donicela (o delusiña como la llamábamos de niños) entró en el gran Colisionador de Hadrones del Cern, y lo mandó a hacer puñetas con un cortocircuito que le costó la vida, eso si, pero que desgració la gran maravilla de la ciencia. Calculen, el aparato es un anillo de 27 kilómetros de circunferencia, en un túnel entre Francia y Suiza, su potencia es equivalente a la de un portaaviones o a la de un airbús volando a 700 kilómetros por hora y para funcionar tiene que estar a 217 grados bajo cero; no quieran saber lo que ha costado semejante aparato. Con él hemos sabido que existe el “bosón de Higgins” y alguna otra cosa que entienden los físicos. Pues todo eso lo escaralló una simple delusiña.
La importancia de la noticia, aplicada estratégicamente a ese acelerador secreto de partículas llamado TTIP está en que podemos quedarnos sentados como nuestros políticos viendo como las partículas dan vueltas a cuenta de nuestro dinero o actuemos en plan comadreja, provocando un cortocircuito para que las grandes corporaciones no nos conviertan en invisibles particulas sin derecho a nada. Sería la delusiña ciudadana contra el bosón capitalista.

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